Detrás del hermético regreso de Linkin Park

Cómo la banda mantuvo en secreto a su nueva cantante, su nuevo álbum y sus planes de volver a los escenarios del mundo.

“No sé si esto va a funcionar”, dijo Mike Shinoda a sus compañeros de Linkin Park un día en el estudio el año pasado. Estaban grabando las voces para una canción estruendosa, y Shinoda, covocalista y principal productor de la banda, quería que su voz estuviera a la altura de la producción contundente — así que probó algo un poco diferente. Cuando abrió la boca, dejó salir una ferocidad rara: después de años cantando, rapeando y haciendo armonías, Shinoda emitió un grito lleno de energía.

Meses después, Shinoda minimiza el sonido que hace en el tema. “¿ES un grito? ¿Lo es?”, pregunta el músico de 47 años con una sonrisa traviesa. “Es como un grito incómodo”. Se reclina en un sofá en la sala de los EastWest Studios en Los Ángeles, donde Linkin Park grabó parte del nuevo álbum en el que finalmente aparecería la pista. El bajista Dave Farrell está sentado a su lado, y recuerda haberle ordenado a Shinoda que se “esforzara más” tras escucharlo gritar en la cabina. “No creo que yo sea capaz de hacer más que eso”, dice Shinoda, y mira al otro lado de la sala, hacia Emily Armstrong. “Mi voz no está construida como la voz de Emily”, agrega. Armstrong, una experimentada cantante de gritos, asiente sutilmente y responde: “Te entiendo”.

Siete años después de que Linkin Park entrara en pausa tras la muerte del cantante Chester Bennington, uno de los grupos de rock más grandes del siglo XXI está rugiendo con una nueva alineación, álbum, gira y perspectiva colectiva. La banda anunció el 5 de septiembre que Armstrong, la veterana líder de los agitadores del power-rock Dead Sara, se uniría a Shinoda como vocalista, mientras que el polímata de estudio Colin Brittain (Sueco, All Time Low) se uniría como baterista y coproductor.

Con Armstrong y Brittain a bordo — así como los miembros originales Shinoda, Farrell, el guitarrista y coproductor Brad Delson y el director visual y DJ Joe Hahn — Linkin Park lanzará From Zero, su octavo álbum de estudio, el 15 de noviembre bajo Warner Records, que ha sido su sello por años. La banda también tocará seis shows en arenas internacionales este otoño (boreal) antes de “girar intensamente” en 2025, según Shinoda.

Y con un catálogo de dos décadas de éxitos de hard rock — y mucho material nuevo — para llevarle al público en vivo, la banda apunta a estadios el próximo año. La nueva agencia de Linkin Park, WME, espera una demanda de entradas altísima para una banda que ha recaudado más de 120 millones de dólares durante su carrera, según Billboard Boxscore. “Linkin Park es una de las bandas de rock en gira más grandes de nuestro tiempo”, dice John Marx, socio y agente en WME, al que la banda se unió discretamente a principios de este año. “La emoción que tendrán sus fans, al poder verlos y celebrarlos después de siete años, será enorme”.

Linkin Park planeó esta nueva era — incluidos los shows en arenas que comenzarán el 11 de septiembre con un espectáculo en casa en el Kia Forum en L.A. — en total secreto, con rumores abstractos entre sus fans mientras la banda volvía activarse, trabajaba en nuevas canciones y ensayaba. Meses de especulación externa fueron seguidos por una semana y media de avances sancionados por la banda, todo lo que llevó a esta semana, cuando Linkin Park anunció a Armstrong y Brittain como sus nuevos miembros, transmitió al mundo una actuación en vivo y lanzó el enérgico himno “The Emptiness Machine” como el sencillo principal de From Zero.

“Se pone una inmensa cantidad de intención y cuidado en todo lo que hace la banda”, dice Ryan DeMarti, su manager de larga data (junto a Bill Silva y Trish Evangelista) en Machine Shop Entertainment. “Siento la máxima confianza de que ese compromiso brilla en cada publicación en redes sociales, cada comunicado de prensa, cada nota del disco”.

Comprensiblemente, Linkin Park está comenzando su próximo capítulo con una sensibilidad intensificada, como el primer proyecto de la banda desde la trágica muerte de Bennington en 2017. Tras un concierto tributo que contó con docenas de vocalistas invitados ese octubre, los miembros de Linkin Park siguieron caminos separados: Shinoda lanzó el contemplativo álbum en solitario Post Traumatic en 2018, y luego recorrió el mundo para compartir con fans en duelo, mientras que Delson, Farrell, Hahn y el baterista Rob Bourdon (quien no regresa para esta nueva era) en gran medida dejaron de hacer música.

Mientras los miembros se reunían para reediciones del 20 aniversario de sus dos primeros álbumes multiplatino (Hybrid Theory del 2000 y Meteora del 2003), así como el álbum de grandes éxitos de este año, Papercuts, el futuro de la banda seguía siendo incierto. ¿Cómo podría sonar una versión de Linkin Park sin el grito frágil de Bennington?

“Parte de trabajar en la oscuridad era simplemente el hecho de que no sabíamos hasta dónde llegaríamos en nuestros esfuerzos”, explica Hahn. “No queríamos prepararnos ni a nadie más para la decepción si no podíamos hacerlo. Han sido años de lucha por entender lo que esto puede y debe ser”.

Hay mucho precedente histórico para los actos de rock con superventas que se reinventan tras la muerte de un icónico líder: Queen con Adam Lambert, Alice in Chains con William DuVall, Sublime con el hijo de Bradley Nowell, Jakob. Si Linkin Park simplemente se reformara como un acto en vivo, con un nuevo vocalista recreando las partes de Bennington en éxitos como “In the End”, “Numb” y “One Step Closer”, podría llenar grandes recintos. Las cifras de la banda han sido, y siguen siendo, enormes: 22,7 millones de copias combinadas de los siete álbumes de estudio del grupo vendidos en Estados Unidos hasta la fecha, según Luminate, con millones de reproducciones mensuales siete años después de la última actividad de la banda y álbum más reciente. Y a principios del año pasado, “Lost”, un sencillo desenterrado lanzado como parte de la reedición de Meteora, entró en el top 40 del Billboard Hot 100 y se convirtió en el No. 1 más prolongado de Linking Park en la lista Alternative Airplay en más de una década, demostrando el atractivo continuo del sonido clásico de la banda.

“La importancia de su profundo catálogo musical no puede ser subestimada”, dice Tom Corson, copresidente/COO de Warner Records. “Las canciones de Linkin Park son atemporales: se han convertido en parte del tejido cultural, y promovemos y comercializamos activamente su música, ya sea del pasado, del presente o del futuro”.

Sin embargo, en lugar de funcionar como una jugada de nostalgia para vender entradas, From Zero palpita con energía renovada, una extensión dinámica de la estética multifacética de Linkin Park. Algunas de las canciones que Billboard ha escuchado recuerdan la agresión rápida del rap-rock que hizo de le dio a banda certificación de diamante; otras iteran sobre eras específicas, como el metal pulverizante de The Hunting Party de 2014 o el rock alternativo atmosférico de A Thousand Suns de 2010. En general, llevan un sentido de ritmo y urgencia, como si los miembros de la banda se negaran a aflojar o hacer algo por compromiso en el momento de su gran regreso.

En el corazón de la nueva identidad del grupo está la interacción entre Shinoda, que suena revitalizado tanto como rapero rápido como crooner sincero, y Armstrong, cuya formidable aspereza puede tanto golpear como afectar profundamente a los oyentes de rock. En “The Emptiness Machine”, sus voces chocan sobre explosiones de guitarra limpiamente producidas y forman una tensión magnética. “Es una gran introducción al disco y a esta alineación”, dice Delson sobre el sencillo. “La canción comienza con Mike, y la voz de Emily entra de manera subrepticia y luego te golpea fuerte en el segundo estribillo, y solo crea intensidad con ambas voces hasta el final de la canción”.

Shinoda y Armstrong también se complementan en persona, haciendo bromas entre anécdotas de estudio y comunicando una pasión compartida por atinar con esta próxima iteración de Linkin Park. “Ahora que nos estamos preparando para hacer algunos shows, ha sido mejor de lo que imaginaba”, dice Shinoda. “Emily siempre iba a poder alcanzar las notas y gritar sus partes. La pregunta es, ¿cómo lo tomará la gente?’ Y no sé cómo será. Pero sé que, cuando yo lo escucho, me encanta”.